La Reserva Federal: ¿Qué va a hacer ahora que está Trump?
La Reserva Federal (Fed) se encuentra navegando en aguas inusualmente turbulentas. La reciente victoria de Donald Trump en las elecciones ha inyectado una dosis de incertidumbre política en el panorama económico, y aunque Jerome Powell, presidente de la Fed, insiste en que las decisiones del banco central se mantendrán independientes de los vaivenes políticos, es evidente que el contexto ha cambiado drásticamente. Con una administración entrante que propone políticas tan radicales como recortes fiscales significativos, deportaciones masivas y una postura proteccionista mediante aranceles amplios, la Fed debe ajustar su política monetaria con gran cautela, sin perder de vista su objetivo primordial de controlar la inflación y fomentar el empleo.
El reciente ajuste en la tasa de interés de referencia, que llevó el rango al 4.50%-4.75%, muestra un enfoque deliberadamente moderado por parte de la Fed, que busca equilibrar sus políticas en un ambiente político poco predecible. A pesar de las expectativas de una política fiscal expansiva por parte del gobierno de Trump, Powell ha sido enfático en afirmar que la Fed se mantendrá enfocada en los datos y no en las intenciones políticas. Sin embargo, los efectos indirectos de estas políticas no pueden ser ignorados. La Fed tiene que anticipar cómo las reformas propuestas impactarán en la inflación, un objetivo que actualmente se mantiene cercano al 2% y que ha sido un pilar de estabilidad económica en los últimos años.
La administración de Joe Biden dejó un legado de impulso económico a través de proyectos de infraestructura y programas de gasto robustos. Estos esfuerzos resultaron en una aceleración del crecimiento económico, pero también contribuyeron a un alza en la inflación que la Fed tuvo que controlar con aumentos de tasas entre 2022 y 2023. Con la inflación actualmente en descenso, la Fed ha iniciado un ciclo de recortes en las tasas de interés para permitir un enfriamiento ordenado de la economía, en línea con su postura de moderación. Pero, ¿hasta qué punto podrán continuar estos recortes en un escenario de políticas fiscales posiblemente inflacionarias? Powell ha dejado claro que, aunque la Fed ha comenzado a reducir las tasas, el alcance de este ajuste dependerá de los efectos que las políticas de Trump tengan sobre la estabilidad económica.
A pesar de que Powell fue designado por Trump en su primer mandato presidencial, ambos han tenido desacuerdos en el pasado sobre la independencia de la Fed y su enfoque en la estabilidad de precios. Trump ha mencionado que permitirá a Powell completar su mandato hasta 2026, aunque las tensiones políticas no se disipan completamente. Powell subrayó recientemente que su mandato está protegido legalmente y que no renunciará por presión política, lo que refuerza la independencia de la Fed en un momento de transición.
Aun con este respaldo, la Fed está siendo observada de cerca. Los inversionistas especulan que, si la inflación continúa bajo control y el mercado laboral se mantiene saludable aunque con algunos signos de relajación, podría haber otro recorte de tasas en diciembre. No obstante, Powell dejó claro que la Fed mantiene una política de "esperar y ver", enfatizando que las decisiones futuras dependerán de los datos económicos más que de las proyecciones políticas.
Este panorama coloca a la Fed en una posición en la que debe calibrar cada paso con precisión. Mientras las políticas de la nueva administración podrían añadir presión inflacionaria, Powell considera que la economía de EE. UU. tiene una base sólida y resiliente. Con un mercado laboral fuerte y una inflación moderada, la Fed parece confiada en que podrá manejar los efectos económicos de la administración de Trump sin desviar su enfoque principal. La perspectiva de estabilidad y crecimiento económico sostenido en EE. UU. se mantiene firme, siempre y cuando la Fed continúe ejerciendo su autonomía en la toma de decisiones y se apegue a su misión de preservar la estabilidad económica a largo plazo.