La economía de Estados Unidos post-elecciones
La vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca y el probable control republicano en el Congreso marcan una nueva era de política fiscal para los Estados Unidos, generando grandes expectativas de expansión económica. Las propuestas incluyen recortes masivos de impuestos y un aumento significativo en el gasto federal, particularmente en infraestructura y defensa. Sin embargo, los inversionistas ven con cautela las implicaciones de estas políticas, ya que la expansión fiscal podría avivar las presiones inflacionarias y desafiar la política actual de la Reserva Federal. Frente a esta perspectiva, el rendimiento del bono del Tesoro estadounidense a 10 años podría seguir trayectorias diversas. Tres escenarios potenciales ilustran cómo los estímulos fiscales, las expectativas inflacionarias y los ajustes de la Fed podrían moldear el mercado de bonos hasta finales de 2025.
Escenario 1: Alza en los rendimientos (4.75% - 5.25%)
En el escenario de mayor expansión fiscal, la administración podría optar por una combinación agresiva de recortes de impuestos y un incremento robusto del gasto en infraestructura y defensa. Este enfoque podría aumentar el déficit federal en $800 mil millones a $1 billón, lo que probablemente obligaría al gobierno a emitir más bonos del Tesoro. Con un exceso de oferta en el mercado y una mayor presión inflacionaria causada por el estímulo de la demanda y el impacto de los aranceles, los inversionistas exigirían un mayor rendimiento como compensación.
Se proyecta que este escenario logre un crecimiento real del PBI de entre 2.5% y 2.75% en 2025. La inflación, por su parte, podría alcanzar entre 2.8% y 3.1% debido a factores como la presión de la demanda y el alza de costos por los aranceles y las restricciones en la inmigración, que limitarían la oferta laboral y empujarían los salarios al alza. La Reserva Federal podría tener que detener sus recortes de tasas para controlar las expectativas inflacionarias y evitar un sobrecalentamiento económico, contribuyendo a una presión adicional sobre los rendimientos.
Con estos factores, el rendimiento del bono a 10 años podría alcanzar el rango de 4.75% a 5.25%. A pesar del aumento en la oferta de bonos, factores de demanda estructural, como el interés extranjero y la demanda institucional, podrían limitar la subida de los rendimientos a más del 5.25%. Este escenario sugiere que la rentabilidad total en un año sería de alrededor de -1%, ya que la caída en el precio del bono compensaría los ingresos por cupón.
Escenario 2: Estabilización de los rendimientos (4.20% - 4.70%)
Un enfoque más moderado de expansión fiscal podría mantener el crecimiento del gasto y los recortes de impuestos en niveles controlados, con un incremento del déficit de entre $250 y $500 mil millones. Este escenario refleja un balance entre el estímulo económico y la responsabilidad fiscal, lo cual resultaría en presiones inflacionarias limitadas y una demanda global sólida de bonos del Tesoro. Esta estabilidad en los rendimientos haría que los bonos fueran atractivos para inversionistas que busquen ingresos consistentes sin alta volatilidad.
En este contexto, se anticipa un crecimiento del PBI de entre 2.2% y 2.4% para 2025, con una inflación moderada y manejable dentro de los objetivos de la Fed. La Reserva Federal podría mantener su trayectoria de recortes de tasas de manera neutral, asumiendo que la inflación permanece controlada. Los factores de demanda, como el interés de inversionistas internacionales y los beneficios en términos de divisas, podrían reforzar esta estabilidad en los rendimientos.
La proyección de rendimiento del bono a 10 años en este escenario estaría entre el 4.20% y el 4.70%, con un retorno anual de aproximadamente 4.0%, reflejando condiciones estables de rendimiento sin un impacto significativo en el precio.
Escenario 3: Caída en los rendimientos (3.65% - 4.15%)
Un enfoque más conservador en las políticas fiscales limitaría los recortes de impuestos y el incremento del gasto, manteniendo el crecimiento del déficit bajo $100 mil millones. Esta postura reflejaría una política fiscal contenida, ya sea debido a dificultades económicas o a una preferencia por la sostenibilidad fiscal, resultando en un impacto inflacionario mínimo. La combinación de estas medidas conservadoras y una demanda estructural fuerte por bonos del Tesoro podría crear un entorno favorable para una baja en los rendimientos.
En este escenario, el crecimiento y la inflación se mantendrían bajos. La Fed podría continuar recortando las tasas en respuesta a un crecimiento económico más débil, lo que incentivaría una mayor demanda de bonos y reduciría el premio por plazo de los rendimientos. El rendimiento proyectado para el bono a 10 años estaría en el rango de 3.65% a 4.15%, y el retorno total podría alcanzar aproximadamente el 8.5%, impulsado por la apreciación del precio a medida que caen los rendimientos.
Escenario 4: Riesgo extremo – Pánico en el mercado de bonos (5.50% - 6.25%)
Un escenario extremo podría desatarse si se pierde la confianza en los mercados de bonos del Tesoro, similar a la crisis en el mercado de bonos del Reino Unido tras el “mini presupuesto” de Truss. En este caso, una expansión fiscal desenfrenada y un déficit récord erosionarían la confianza en la deuda estadounidense, lo que impulsaría una fuerte alza en los rendimientos.
Este escenario implica un posible “shock” de mercado debido a una combinación de déficit explosivo, políticas arancelarias agresivas y un aumento abrupto en la emisión de bonos. Las expectativas de inflación podrían descontrolarse, lo que obligaría a la Fed a detener los recortes de tasas o incluso a endurecer la política monetaria, exacerbando la volatilidad en los mercados. Bajo estas condiciones, el rendimiento del bono a 10 años podría dispararse hasta un rango de 5.50% a 6.25%, provocando pérdidas de capital significativas y retornos potencialmente negativos de -10% o más.
Implicaciones de inversión
El análisis de estos escenarios sugiere un rango de retorno esperado entre 0.5% y 4.5% para un bono del Tesoro a 10 años adquirido a los rendimientos actuales, teniendo en cuenta tanto el ingreso por cupón como los movimientos proyectados de precio a lo largo de un año.
Escenario de estabilización: Con rendimientos entre 4.20% y 4.70%, una rentabilidad estable del 4.5% sería atractiva para los inversionistas que prefieren una baja volatilidad en los precios.
Escenario de alza en rendimientos: Un aumento del rendimiento a entre 4.75% y 5.25% podría reducir el retorno a alrededor de 3.2% debido a la caída de precios, lo que sugiere mejores puntos de entrada a rendimientos más altos.
Escenario de caída en rendimientos: Con rendimientos entre 3.65% y 4.15%, los inversionistas verían un atractivo retorno del 5% debido a la apreciación de precios.
Escenario de riesgo extremo: Ante un pánico en el mercado, los inversionistas enfrentarían un riesgo a la baja considerable, con posibles pérdidas de capital.
Los potenciales movimientos en los rendimientos de los bonos a 10 años bajo el nuevo entorno de política fiscal sugieren una importante exposición a factores macroeconómicos y decisiones de la Reserva Federal. Con un escenario donde la expansión fiscal y las presiones inflacionarias toman protagonismo, será crucial que los inversionistas se mantengan atentos a los desarrollos fiscales y a la dinámica inflacionaria, dado que estos factores probablemente seguirán impulsando las fluctuaciones de los rendimientos hasta 2025.