La Estrategia Híbrida que está Transformando la Gestión de Patrimonios
La gestión del patrimonio familiar es un tema que ha evolucionado significativamente en los últimos años. Aunque las herramientas digitales han ganado terreno, muchas familias aún prefieren planificar su patrimonio con un enfoque más tradicional: cara a cara. ¿Por qué persiste esta preferencia, incluso en un mundo cada vez más digital? La respuesta radica en la confianza, la personalización y el entendimiento profundo de los objetivos familiares que solo la interacción humana puede ofrecer.
Antes de la pandemia, los encuentros presenciales eran la norma en la banca privada y la gestión de patrimonios. Los clientes valoraban las reuniones en persona para discutir sus portafolios, explorar nuevas oportunidades de inversión y recibir asesoramiento personalizado. Sin embargo, con la llegada del COVID-19, este modelo se transformó rápidamente. Los bancos y sus clientes se adaptaron a la virtualidad, implementando herramientas digitales para garantizar la continuidad del servicio. Pero este cambio no eliminó por completo la necesidad del contacto humano.
Según Patricia Martínez, gerente principal de banca privada de Scotiabank, la digitalización ha mejorado la eficiencia de las interacciones, pero las familias de alto patrimonio aún priorizan la confianza que brinda un asesoramiento cara a cara. Esto no es sorprendente, ya que las decisiones financieras involucran no solo cifras, sino también emociones, metas y preocupaciones únicas para cada familia.
Por otro lado, Credicorp Capital menciona que las nuevas generaciones han adoptado las plataformas digitales con entusiasmo. Estas herramientas permiten acceso rápido a información financiera, seguimiento de portafolios y análisis de datos en tiempo real; sin embargo, el elemento humano sigue siendo crucial. Estudios, como el informe global de EY en 2021, confirman esta tendencia: el 70% de los clientes que utilizan tecnología para gestionar su patrimonio aún prefieren mantener el componente humano en sus asesorías.
La clave está en encontrar un equilibrio entre lo digital y lo humano. Este enfoque híbrido combina la conveniencia de las herramientas tecnológicas con la profundidad que aporta la interacción personal. Los asesores financieros no solo brindan datos, sino que también interpretan esos datos en función de los valores y objetivos específicos de sus clientes. En mi experiencia personal, este balance es esencial para garantizar una planificación patrimonial exitosa y sostenible.
La pandemia aceleró la adopción de tecnología en muchos sectores, incluida la banca de inversión. A pesar de esto, la relación personal sigue siendo insustituible. Las generaciones mayores, que priorizan la interacción presencial, y las generaciones más jóvenes, más inclinadas hacia lo digital, plantean un desafío interesante para las instituciones financieras. Adaptarse a ambas demandas requiere flexibilidad y creatividad en los modelos de servicio.
El futuro de la gestión patrimonial parece encaminarse hacia un modelo híbrido que integre lo mejor de ambos mundos. La tecnología aporta eficiencia y accesibilidad, mientras que la interacción cara a cara asegura confianza y personalización. Este enfoque permite a las familias de alto patrimonio planificar su futuro financiero de manera más integral y alineada con sus valores. Al final, el éxito de una estrategia patrimonial no depende únicamente de las herramientas, sino de la relación de confianza que se construya entre el cliente y su asesor.