¿Debería mantener las tarjetas de crédito que nunca uso?

Tener tarjetas de crédito que nunca se utilizan puede parecer inofensivo, pero su impacto en las finanzas personales es más profundo de lo que parece. Aunque estas tarjetas no generen deudas activas, afectan tu capacidad de endeudamiento y la percepción que las entidades financieras tienen de tu perfil crediticio. En otras palabras, estas tarjetas pueden influir negativamente en tus futuras solicitudes de crédito o préstamos, incluso si nunca has dejado de pagar a tiempo.

¿Cómo funciona el sistema financiero frente a tarjetas sin uso?

Para entender esto, hay que saber cómo las entidades financieras evalúan tu perfil crediticio. Cada vez que solicitas un crédito o un producto financiero, estas instituciones revisan tu historial en los reportes crediticios que administra la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) u organismos similares en otros países. En estos reportes, no solo aparece el estado de tus deudas activas, sino también las líneas de crédito asignadas a tu nombre, como las tarjetas de crédito.

Cuando tienes tarjetas que no usas, estas se consideran como una línea de crédito potencial. Es decir, aunque no las utilices, el monto total de crédito disponible en esas tarjetas se suma a tu posible nivel de endeudamiento. Para las entidades financieras, esto representa un riesgo porque, en cualquier momento, podrías utilizarlas y comprometer tu capacidad de pago.

¿Qué es la capacidad de endeudamiento?

La capacidad de endeudamiento es el límite hasta el cual una persona puede endeudarse sin comprometer su estabilidad financiera. Generalmente, se calcula como un porcentaje de los ingresos netos mensuales, y los expertos coinciden en que este límite debe oscilar entre el 35% y el 40%. Por ejemplo, si ganas $1,000 al mes, tu capacidad máxima de endeudamiento debería estar entre $350 y $400.

Las tarjetas de crédito, incluso las que no usas, se suman a este cálculo. Imagina que tienes una tarjeta con un límite de $5,000, aunque nunca hayas gastado un centavo con ella. Las entidades financieras consideran ese monto como una deuda potencial que, en algún momento, podría transformarse en una carga financiera. Esto puede hacer que luzcas sobreendeudado, incluso si en la práctica no tienes deudas significativas.

¿Por qué las tarjetas sin uso afectan tu score crediticio?

El score crediticio mide tu riesgo financiero para los bancos y otras instituciones. Mientras más alto sea, mejor será tu perfil para obtener nuevos créditos. Sin embargo, tener muchas líneas de crédito abiertas, aunque no estén activas, puede reducir tu puntaje. Esto se debe a que los bancos asumen que podrías activar esas líneas en cualquier momento, incrementando tus obligaciones financieras.

Además, cuando solicitas un nuevo préstamo, el banco evalúa no solo tus deudas actuales, sino también tus compromisos potenciales. Si tus tarjetas de crédito sin uso tienen límites altos, podrías parecer un cliente menos atractivo porque representas un riesgo de sobreendeudamiento.

¿Cómo gestionar mejor tus tarjetas de crédito?

Si tienes tarjetas de crédito que no utilizas, aquí hay algunas estrategias para mejorar tu perfil financiero:

  1. Cierra las tarjetas innecesarias: Si no planeas utilizarlas, considera cancelarlas. Esto reducirá las líneas de crédito potenciales que figuran en tu historial. Sin embargo, cierra las tarjetas de forma gradual para no afectar tu historial crediticio de manera abrupta.

  2. Mantén un número reducido de tarjetas: Según los especialistas, tener entre dos y tres tarjetas de crédito es suficiente para manejar tus necesidades financieras. Esto te permite controlar tus gastos y mantener un historial crediticio saludable.

  3. Prioriza las tarjetas con mejores condiciones: Si decides quedarte con algunas tarjetas, elige aquellas que ofrecen beneficios adicionales, como menores tasas de interés, recompensas en efectivo o descuentos en tiendas.

  4. Usa tus tarjetas activamente, pero con responsabilidad: Mantener una tarjeta sin uso por completo puede ser perjudicial. En su lugar, realiza pequeñas compras con ellas y págalas a tiempo para mantener el historial activo.

  5. Concentra tus líneas de crédito en una entidad confiable: A menudo, es más beneficioso trabajar con la entidad bancaria donde recibes tu sueldo. Estas instituciones suelen ofrecerte mejores condiciones debido a la relación directa que ya tienes con ellos.

¿Cuándo es necesario reevaluar tus finanzas?

Si planeas solicitar un crédito hipotecario, vehicular o un préstamo personal importante, es fundamental evaluar qué líneas de crédito tienes abiertas. Una revisión a tiempo de tus tarjetas de crédito puede marcar la diferencia entre obtener la aprobación del crédito o enfrentarte a un rechazo. Además, simplificar tus líneas de crédito no solo mejora tu capacidad de endeudamiento, sino que también reduce el riesgo de caer en una sobrecarga financiera.

Las tarjetas de crédito son herramientas útiles, pero solo si se manejan con estrategia. Dejarlas acumulando polvo en la billetera puede parecer inofensivo, pero su impacto en tu historial financiero y tu capacidad de endeudamiento podría ser más costoso de lo que piensas. ¿Vale la pena cargar con líneas de crédito que no necesitas? La respuesta, como en muchas decisiones financieras, dependerá de una gestión consciente y responsable de tus recursos.

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