¿Cuándo Vender tus Acciones?
Observar a los profesionales del póker revela una estrategia crucial: saber retirarse a tiempo. En las mesas de Texas Hold’em, los jugadores expertos descartan sus cartas iniciales hasta el 85% de las veces. Para ellos, las probabilidades de éxito son simplemente demasiado bajas como para justificar quedarse en la partida. Curiosamente, esta habilidad de reconocer cuándo no vale la pena continuar ofrece una lección valiosa para los inversores: saber cuándo vender puede ser incluso más importante que saber cuándo comprar.
Sin embargo, la inversión, a diferencia del póker, no se percibe como un juego de azar, y muchas veces los inversores rehúyen las comparaciones con los juegos de cartas. A pesar de ello, en una reciente conferencia organizada por Norges Bank Investment Management, Annie Duke, una exprofesional del póker y experta en decisiones estratégicas, subrayó cómo los sesgos emocionales afectan nuestra capacidad para vender a tiempo. Según Duke, varios factores conspiran para desanimarnos a tomar decisiones de salida racionales, lo que hace que vender acciones sea una tarea notoriamente difícil.
¿Por qué vender es tan complicado?
En mi experiencia personal, los inversores suelen cometer dos errores comunes: aferrarse demasiado tiempo a las acciones perdedoras o vender demasiado pronto las ganadoras. Ambos patrones están profundamente enraizados en sesgos conductuales que Daniel Kahneman y Amos Tversky, pioneros de la psicología del comportamiento, describieron brillantemente. Entre ellos destaca la aversión a las pérdidas: preferimos evitar una pérdida segura, aunque implique correr el riesgo de una mayor. Además, el efecto de dotación hace que valoremos más lo que ya poseemos que lo que podríamos adquirir, dificultando el desprendimiento de una posición, incluso si su potencial de retorno es limitado.
Por ejemplo, muchos inversores establecen órdenes de "stop-loss" y "take-profit" con la intención de automatizar sus decisiones de salida. Pero, como descubrió Alex Imas, un economista conductual, estas herramientas a menudo no funcionan como deberían. Los traders tienden a desactivar sus "stop-loss" en lugar de asumir una pérdida segura y frecuentemente venden antes de alcanzar los objetivos de ganancia por miedo a perder las ganancias acumuladas.
Los profesionales también tienen dificultades
Incluso los gestores de fondos institucionales, quienes tienen acceso a recursos y herramientas avanzadas, enfrentan desafíos similares. En un estudio de Alex Imas y sus colegas, se analizó el comportamiento de 783 carteras institucionales con un valor promedio de $573 millones. Los resultados mostraron que, aunque los gestores eran efectivos al comprar activos que superaban al mercado, sus decisiones de venta a menudo les hacían perder una parte significativa de las ganancias obtenidas. De hecho, habrían obtenido mejores resultados seleccionando aleatoriamente qué activos vender.
¿Por qué ocurre esto? Los gestores institucionales no suelen aferrarse a las acciones perdedoras como los inversores minoristas, pero tampoco aplican el mismo rigor analítico que usan para decidir qué comprar. En cambio, tienden a vender acciones que han tenido un rendimiento extremadamente bueno o extremadamente malo, una estrategia que les hace perder oportunidades importantes.
Estrategias para mejorar las decisiones de venta
¿Cuál es la solución? Annie Duke ofrece recomendaciones simples pero poderosas:
Tratar la venta como el reverso de la compra. Los inversores suelen llevar listas detalladas de los activos que desean adquirir, pero rara vez mantienen un registro de lo que han vendido. Esto impide evaluar si sus decisiones de salida fueron acertadas. Llevar un seguimiento de estas transacciones ayuda a identificar patrones y mejorar futuras decisiones.
Establecer criterios claros de salida. Los inversores deben definir reglas estrictas, como niveles de "stop-loss", y comprometerse a respetarlas. Esta disciplina reduce la influencia de emociones como el miedo y la codicia.
Justificar las ventas como se justifican las compras. Los gestores de fondos suelen presentar un análisis detallado al comité de inversiones antes de adquirir un activo, pero rara vez hacen lo mismo al decidir vender. Instituir este tipo de prácticas fomenta decisiones más reflexivas y basadas en datos.
¿Es posible perfeccionar las salidas?
A pesar de estas recomendaciones, es importante reconocer que la venta perfecta no siempre es posible. Las limitaciones de tiempo, la necesidad de liquidez o presiones externas pueden influir en las decisiones; sin embargo, ser consciente de estos obstáculos y adoptar estrategias más disciplinadas puede marcar una gran diferencia en los resultados. Al igual que en el póker, el éxito en los mercados financieros no depende solo de las cartas que se reparten, sino de cómo se juegan.