¿Cómo Amazon, Nike y Fedex evitan pagar Impuestos?
Las estrategias fiscales de grandes corporaciones como Amazon, Nike y FedEx han generado intensos debates en torno a la equidad del sistema tributario estadounidense. Aunque estas empresas operan dentro del marco legal, su capacidad para minimizar o incluso eliminar su carga de impuestos federales plantea preguntas sobre cómo los gigantes corporativos utilizan la complejidad del código fiscal en su favor.
La magnitud del problema
En 2020, al menos 55 de las corporaciones más grandes de Estados Unidos no pagaron impuestos federales sobre sus ingresos, según el Instituto de Tributación y Política Económica (ITEP). Nombres tan reconocidos como FedEx, Nike, HP y Salesforce están en la lista. En lugar de pagar un total colectivo de $8.5 mil millones, estas compañías recibieron $3.5 mil millones en devoluciones, lo que resultó en un drenaje de $12 mil millones para las arcas del gobierno federal.
Para ponerlo en perspectiva, los recortes y exenciones fiscales corporativos cuestan al gobierno aproximadamente $180 mil millones al año, según Chye-Ching Huang, directora del NYU Tax Law Center. Comparativamente, los impuestos corporativos federales recaudan alrededor de $370 mil millones anuales. Este desfase revela una contradicción entre los objetivos fiscales del gobierno y los resultados reales.
¿Cómo es posible que sea legal?
La respuesta radica en la estructura misma del código fiscal. Existen numerosos gastos fiscales, como se les llama técnicamente, diseñados para incentivar la inversión, la investigación y el desarrollo, entre otras actividades. Sin embargo, muchas compañías han encontrado maneras de maximizar estas deducciones para reducir su tasa efectiva de impuestos.
Un ejemplo claro es Amazon, que reportó $79 mil millones en ingresos antes de impuestos entre 2018 y 2021. Durante ese periodo, pagó $4 mil millones en impuestos federales, lo que equivale a una tasa efectiva del 5.1%, mucho menor al 21% que establece la ley. Amazon argumenta que también paga otros tipos de impuestos, incluyendo estatales y locales, pero el debate persiste: ¿es justo que una de las empresas más valiosas del mundo pague tan poco en impuestos federales?
La desconexión entre ganancias contables y tributarias
Un aspecto clave de esta discusión es la diferencia entre cómo las corporaciones reportan sus ganancias para fines financieros y para fines fiscales. Según Garrett Watson, del Tax Foundation, esta brecha puede permitir que las empresas presenten cifras mucho menores al IRS que las reportadas a los accionistas.
¿Por qué existe esta discrepancia? En parte, porque el sistema fiscal permite deducciones, créditos y aplazamientos que las empresas aprovechan estratégicamente. Esto incluye la depreciación acelerada, que reduce la carga tributaria en los primeros años de vida de un activo, y los créditos fiscales por investigación y desarrollo, que son comunes en sectores tecnológicos.
Offshoring y paraísos fiscales
Otra táctica es el uso de estrategias internacionales para minimizar impuestos, como trasladar ganancias a jurisdicciones con tasas más bajas. Empresas como Whirlpool han sido señaladas por aprovechar la desconexión entre los sistemas fiscales de diferentes países. En un caso reciente, la compañía estructuró su operación mexicana a través de una subsidiaria en Luxemburgo, un conocido paraíso fiscal.
Aunque Whirlpool afirma que ya había pagado impuestos sobre esas ganancias, el caso ilustra cómo las corporaciones utilizan estructuras complejas para retrasar o evitar el pago de impuestos. Esto resalta un problema más amplio: el sistema fiscal global no está diseñado para enfrentar a empresas que operan en múltiples jurisdicciones con reglas dispares.
El impacto en el ciudadano promedio
Las consecuencias de estas prácticas recaen, en última instancia, en los contribuyentes individuales. Cuando grandes corporaciones evaden sus responsabilidades fiscales, la carga se redistribuye hacia pequeñas empresas y trabajadores. Además, el déficit de ingresos limita la capacidad del gobierno para financiar infraestructura, educación y programas sociales.
¿Deberían cambiar las reglas? Para algunos expertos, la solución pasa por cerrar lagunas legales, como las que permiten la offshoring de ganancias, y garantizar que las corporaciones paguen una porción justa de sus ingresos. Sin embargo, esto requiere un equilibrio delicado: incentivar la inversión sin dejar que las grandes corporaciones eludan sus responsabilidades fiscales.
El debate sobre la equidad fiscal no es nuevo, pero nunca ha sido más urgente. En un mundo donde las corporaciones tienen los recursos para aprovechar cada resquicio legal, ¿cómo podemos asegurar que el sistema fiscal sea justo para todos?